El cuarto de los niños era un lugar prohibido. ¿Por qué? Anne se propuso averiguarlo. Pero mientras avanzaba lentamente por la escalera hacia la segunda planta, con las llaves en la mano, una cierta inquietud la invadía. ¿Qué oscuro motivo podía haber para mantenerlo siempre cerrado?
Tal vez debería retroceder y olvidarse de todo. Pero no podía.
Cuando entreabrió la puerta, todo era oscuridad. Buscó a tientas el interruptor de la luz, empujando la puerta por completo. Y gritó.
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