jueves, 28 de febrero de 2013

EL CARRERISTA / LOS SOTANOS DEL MAJESTIC - EDGAR WALLACE

Edgar Wallace creó el "thriller" con su novela Los Cuatro Hombres Justos (1905), y consolidó este género narrativo con su obra posterior. Las investigaciones detectivescas realizadas en sus novelas requieren siempre un profesionalismo, y suelen desplegarse con el concurso de la maquinaria policial, lo que las diferencia de la corriente de la "novela problema" o "novela enigma", donde se supone que el lector dispone de todos los indicios necesarios para resolver por sí mismo el misterio, rivalizando así con el protagonista de la narración, generalmente un detective aficionado. No obstante, Wallace sí brinda frecuentemente al lector la posibilidad de ejercer sus propias dotes de detección. Recordemos como ejemplo los problemas de habitación cerrada planteados en The Four Just Men (1905) Los Cuatro Hombres Justos, The Clue of the Twisted Candle (1917) (traducida como El misterio de la vela doblada) o The Clue of The New Pin (1923) (La pista del alfiler). No obstante, incluso en estas novelas prepondera la acción sobre el análisis. Esto se debe a que, como cultivador del thriller (narración inquietante), Wallace da preferencia a la tensión dramática y a la unidad narrativa sobre la lenta exposición de indicios característica de la "novela enigma". Esta estructura externa ha llamado a menudo a engaño a los críticos, que han creído ver en él más un autor de novelas de aventuras criminales que un cultivador de novelas detectivescas. En Wallace, los elementos del enigma están diluidos en la 

acción. Son sucesos aparentemente incongruentes, y es precisamente esta incongruencia la que actúa como acicate de la curiosidad del lector. Sólo al final encajan las piezas del rompecabezas, y una nueva lectura de la narración pone de relieve que los indicios ya habían sido expuestos, y de manera tan evidente que resulta admirable cómo el lector no había caído en la cuenta de su significado. Cuando el inspector Parr, en el capítulo IX de El Círculo Carmesí, dice, sin que venga a cuento, que «los hijos son una gran responsabilidad», el lector medio pasa por alto la frase, considerándola posiblemente como una pequeña extravagancia; pero si relee el libro advierte su significado a la luz de la solución final. Es debido a esta duplicidad suceso-significado intelectual que Wallace se distingue de la generalidad de los cultivadores del thriller. Con una mano escribe una novela sensacionalista y con la otra despliega un enigma dirigido a la mente.


En venta a traves de este blog

No hay comentarios:

Publicar un comentario