El cómico, casi ridículo, aspecto de aquel caballero variaba la idea que se había hecho de él. ¿Sería capaz de realizar las maravillas que se le atribuían con aquella cabeza de huevo y aquellos enormes y engominados bigotes? Esta duda que angustia a Lily Margrave en El inferior es bastante común en los clientes que acuden a visitar a Hercule Poirot. Luego, los hechos les demostrarán que, en el interior de su ovoidal testa, funcionan unas maravillosas células grises que le hacen casi infalible, tal como se comprueba en la resolución de ocho intrincados enigmas.
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